
Como en algunas culturas asiáticas, en la boliviana también se cree que los sapos y ranas son portadores de suerte y prosperidad. No por nada los hay en diversos materiales y tamaños, y en todas las presentaciones posibles: con monedas en la boca, con cigarros, abrigados con billetes falsos o reales, con corona y con ojos engarzados en piedras sintéticas. Imaginería e imaginación unidas…