Las dos especies más flexibles con la altura son el sapo Bufo spinulosus que vive entre los 2000 a 5000 m.s.n.m. y la rana verde Hypsiboas andinus que se siente cómoda entre los 500 y los 4100 metros
En Bolivia se han registrado 260 especies de anfibios de las 6.500 identificadas a nivel mundial, cantidad que representa el 4% de la diversidad del género en el mundo. En base a ese dato, el país ocupa el décimo lugar en la lista de naciones con mayor número de especies de anfibios.
De las 260 especies, 54 se encuentran bajo algún tipo de amenaza de acuerdo a las categorías de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), siendo ocho las que están en mayor riesgo de extinción. La rana gigante del lago Titicaca (Telmatobius culeus) es una de las especies que se encuentra en el nivel de “críticamente amenazada”.
Desde el siglo XIX, el valle de La Paz fue visitado por algunos naturalistas y varios científicos interesados en la fauna y flora sudamericanas, pero fue Jean Vellard –biólogo francés que vivió en La Paz a principios de la década del 50 del siglo pasado– quien más se acercó a los anfibios de la zona. Hasta hoy, sus estudios son la única base de identificación de las especies de Telmatobious en la cuenca del lago Titicaca.
La fauna de anfibios del valle de La Paz está compuesta por especies representativas del altiplano de los Andes centrales y algunos que corresponden a los valles secos y cejas de montaña – la parte alta de la selva húmeda montañosa o Yungas–, según una investigación dirigida por Eduardo Forno y Mario Baudoin, miembros del Instituto de Ecología de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA).
En los años 50, las investigaciones de Vellard se concentraron en los géneros Bufo (familia Bufonidae), Pleurodema y Telematobius (ambos de la familia Leptodactyide), todos miembros de la orden anura (ranas y sapos), especies adaptadas a ciertas condiciones propias de las alturas superiores a los 2.500 m.s.n.m.
El monitoreo realizado a los anfibios andinos establece que el número de las especies que habitan los valles secos, prepuna y puna es mayor que el de las alturas superiores a los 4100 m.s.n.m., donde las condiciones climáticas son más rigurosas. Las dos especies de mayor distribución altitudinal –las más flexibles con la altura–, son el sapo Bufo spinulosus (2000 a 5000 m.s.n.m.) y la rana verde Hypsiboas andinus (500 a 4.100 m.s.n.m.).
Entre estas ranas y sapos de los Andes existe un predominio de las especies semiacuáticas (cinco) sobre las acuáticas (una). Por su parte, entre las especies semiacuáticas, la mayoría prefiere estar en tierra (cuatro) y, en época seca, refugiarse debajo de las piedras o dentro de cuevas. Buena parte de estos anfibios pueden ser calificados de estrictamente nocturnos mientras que sólo la Pleurodema cinérea y la Hypsiboas andinus desarrollan actividad diurna y nocturna.
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