Una exposición fotográfica muestra a los glaciares bolivianos como testigos del cambio climático en el techo sudamericano
Entre el 17 y 28 de noviembre se presenta en las ciudades de La Paz y El Alto la exposición fotográfica comparativa Glaciares Bolivia: 12 testigos del cambio climático, una muestra que visita el Museo de Etnografía y Folklore (Musef) y el espacio cultural de Mi Teleférico, Línea Roja Estación Jach’a Qhatu (barrio 16 de Julio de El Alto), bajo el auspicio del Fondo Klima del Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania y la organización del Instituto Boliviano de la Montaña (BMI).
Los glaciares son conocidos como los termómetros naturales del cambio climático en el mundo, pero los ojos del mundo no siempre están puestos sobre ellos. Tal vez por la costumbre de verlos a diario, los cambios no se perciben en la cotidianeidad y se borran en el recuerdo. En ese entendido, y en terreno propio, la exposición presenta una comparación fotográfica –un antes y un después– de 12 glaciares locales como testimonio de los efectos del calentamiento global y de las acciones o inacciones de quienes habitamos Bolivia.
Una exhibición que busca la reflexión ciudadana a través de imágenes que exponen la pérdida de masa glaciar en montañas populares como el Chacaltaya, Illimani y Sajama, o de «perfectos desconocidos» como el Wila Llojeta o el Wila Manquilisani. Una exposición que, de paso, aclara confusiones comunes respecto a macizos tan importantes como el Huayna Potosí y sus varios glaciares.
Como botones específicos del contenido de la muestra: el Illimani ha perdido entre el 40 y 50% de su masa en los últimos 50 años; el glaciar Zongo, uno de los tres más importantes del Huayna Potosí, es probablemente el más estudiado a nivel científico entre todos los glaciares de los Andes tropicales. El visitante podrá también conocer temas conexos a la problemática: que Bolivia produce más de 10 toneladas de dióxido de carbono (C02) per cápita, sobre todo por la deforestación y quemas en las zonas bajas del país, y que esa cantidad refleja una alta contaminación e insostenibilidad territorial en términos ecológicos.
Entre 1990 y 2004 las emisiones de dióxido de carbono producidas por Bolivia crecieron de 38,6 a 92,7 megatoneladas y –según algunos ambientalistas bolivianos– el notable desarrollo logrado por Bolivia durante la última década está acelerando aún más el ritmo de las emisiones contaminantes.
Además de fotografías comparativas sorprendentes (o conmovedoras, según el grado de sensibilidad del observador), la muestra ofrece información sobre el derretimiento de los glaciares y sus efectos sobre el ciclo hídrico; los bofedales y sus riesgos a causa del drenaje en favor de la ampliación de cultivos y de las actividades mineras en las zonas circundantes; y las poblaciones de alta montaña y su relación con los macizos de hielo.
Una exhibición que permitirá al visitante salir con respuestas a las preguntas: ¿qué hacer para evitar el derretimiento de los glaciares?, ¿cómo contribuir a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero?, ¿qué son y dónde están los glaciares de los Andes tropicales?, ¿cuál es la diferencia entre Cordillera Oriental y Cordillera Real?, ¿es la cadena de montaña Quimsa Cruz parte de la Cordillera Occidental o de la Oriental?, ¿montaña es lo mismo que glaciar?, ¿es nieve igual que hielo?, ¿cómo actúan los gases de efecto invernadero?, ¿qué son las rupturas de lagunas glaciares y cuáles son sus consecuencias?, ¿qué son los bofedales y cuáles son sus funciones dentro del ecosistema de alta montaña?
Sin duda, una exposición que busca concientizar, educar y entretener al público. Una actividad muy oportuna en puertas de la Conferencia Climática de las Naciones Unidas (COP 20) que se realizará en los primeros días de diciembre en la ciudad de Lima, un espacio donde América Latina confía en hacer escuchar su voz acerca de su realidad regional con relación al cambio climático.
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